Hace unos meses os conté las razones por las que los famosos WC computerizados japoneses no se podían utilizar en España, o dicho de otra manera, en casi cualquier lugar fuera de Japón. El artículo fue meneado por alguien y en los comentarios de Menéame, siempre tan divertidos, me encontré con uno muy interesante en el que alguien contaba cómo los había adaptado para ser utilizados en España. Era una idea que tenía yo también en mente, desde hace años, aunque nunca me había atrevido a llevarla a cabo porque había demasiadas incógnitas; ¿podré derretir el plástico o hacerle un agujero con un taladro? ¿se romperá? ¿se moverá cuando lo ponga? ¿será muy duro y se partirá? ¿Podré dejar un transformador de 220 a 110 voltios conectado las 24 horas del día? ¿no consumirá eso más electricidad y saldrá caro? ¿Quizás las tuberías que trae no se pueden adaptar a las de España? ¿Me hará falta alguna herramienta especial? – todas estas preguntas me asaltaban… pero tras ver ese comentario pensé que era hora de jugársela y ver si salía bien el asunto.
Antes de continuar, me gustaría dejar claro que si estropeas el washlet, si estropeas tu retrete, tus tuberías, la instalación eléctrica de tu casa, si tu bloque entero sale ardiendo o si se inunda tu casa, es sólo tu responsabilidad – Dicho esto, pasemos al tema que nos ocupa.
Al comprar el Washlet, os recomiendo tener en cuenta unos cuantos puntos importantes;
No digas que te lo llevas al extranjero
En las tiendas japonesas les gusta tener todo muy bien atado. Nada más vean que eres extranjero, al comprar uno, te preguntarán si es para usar en Japón o fuera de Japón. Si dices que fuera, te dejarán comprarlo igualmente – pero te dejarán bien claro que el voltaje del aparato es diferente. Hablando con el dependiente de la tienda, en mi caso en el Yodobashi Camera de Akihabara, me dijo que últimamente había muchos extranjeros comprando el modelo japonés de Washlet. Pero mi recomendación es que no te compliques la vida, y les digas que lo usarás en Japón. Tardarás menos en hacer la compra.
Hay un modelo para extranjeros, con un transformado en su interior que funciona a 220v sin problemas, con los botones en inglés. Pero cuesta mucho más dinero. A mi, personalmente, incluso me gusta que los botones estén en japonés. Es una de las cosas con las que quiero que se diviertan los invitados que vienen a mi casa y lo utilizan. Pero sobre todo el precio… ahorrarme 20.000 o 30.000 yen es obviamente lo más importante.
Elige un washlet barato. Esto es muy importante, no por el ahorro, sino porque los caros tienen funciones muy exigentes energéticamente hablando y eso te podría causar problemas que detallaré después. Por ejemplo, calentar el chorro de agua puede suponer un consumo de más de 1000 W – y esto no es lo más deseable cuando buscas poder utilizarlo con un transformador de 220 a 100 voltios.
Otro detalle importante, es conocer la marca. En mi caso elegí un Panasonic, porque los conozco bien después de haberlos utilizado durante muchos años, porque es buena marca de toda la vida, y porque uno con funciones muy bajas y poco consumo se puede comprar por unos 17.000 yen impuestos incluidos, aunque probablemente puedas hacer tax-free si has entrado en Japón como turista… algo que no es mi caso, yo siempre tengo que pagar el IVA, y los billetes de tren al ser residente permanente (nada de Japan Railpass para mi… – pero eso es otra historia). Puedes elegir la marca que quieras, por supuesto, pero en este artículo, yo te voy a enseñar cómo adaptar un Panasonic. Las piezas que verás en las fotos, las que se utilizan para colocar el washlet en el retrete y que hacen la función de raíles de la máquina, son las mismas en todos los modelos de Panasonic que he visto, los caros y los baratos. Desconozco si se pueden adaptar las de otras marcas.
¿Cómo me lo llevo?
Lo que se compra, es la parte que va sobre la taza del retrete. Es como una maleta grande. Te pueden poner unas asas, y se lleva cómodamente, pero te recomiendo que vayas a cualquier oficina de Kuroneko Yamato o similar, y te la envíes a ti mismo, al Aeropuerto. Es barato, y puedes recibirlo en la terminal de salida, en las oficinas de la misma empresa, sin complicarte la vida ni un minuto con el bulto. Es lo que hice yo, y la verdad es que desde que descubrí este tipo de servicios en Japón es raro cuando cargo por ahí con maletas pesadas, vaya a donde vaya.
En el Aeropuerto, lo primero que me gustó averiguar, es que un washlet japonés, al menos los de Panasonic, tienen el tamaño justo para ser llevado como equipaje de mano. Un centímetro más, y no se podría llevar, aunque esto podría cambiar en función de la compañía aérea con la que salgas de Japón. En cualquier caso, es un equipaje que se puede facturar… y se puede además facturar como segundo equipaje, porque al salir de Japón (no al ir) la mayoría de compañías aéreas dejan facturar dos bultos siempre y cuando no pasen de 23 Kg cada uno. Por cierto, cuando te preguntan qué es, todo el mundo esboza una sonrisa en facturación cuando les digo que es un WC y que no se preocupen, que no lleva ninguna batería en el interior
Una vez en España, el trabajo de verdad empieza. Traerlo es lo fácil. Lo complicado, que no difícil, es instalarlo en un retrete español. No estoy seguro sobre otros países, pero al menos en España todos los retretes tienen dos agujeros para fijar una taza, como en Japón, y están siempre a la misma distancia, probablemente siguiendo un estándar. Es un ancho diferente del de Japón, como un par de centímetros más separado. Esto es lo que hace que un washlet japonés no se pueda montar, tal cual, en un retrete español. Hace falta adaptarlo.
Soldador, ven a mi
Como he indicado antes, el washlet viene con una pieza de plástico montada, en la parte de abajo. Esta pieza, es la que se fija al retrete con dos enormes tornillos de plástico, similares a los de las tazas de los retretes españoles. Son de plástico porque necesitan tener cierta flexibilidad. Vienen incluidos en la caja.
Lo que hay que hacer al sacar el washlet de la caja es buscar esa pieza de plástico, ya puesta, que una vez fijada al retrete hace las veces de raíles para colocar la máquina encima, como si fuera el cajón de una cómoda. Simplemente viéndola, se puede comprender su funcionamiento, no te preocupes por el manual, por supuesto escrito sólo en japonés. Se saca esa pieza pulsando un botón a un lado y tirando de ella. Éste plástico, hecho para los agujeros de los retretes nipones, es lo que tenemos que modificar para que funcionen en los retretes españoles, o de cualquier otro país. Pero no la saques todavía. Déjala en el washlet, y llévatelo al baño en donde lo quieres colocar. Desmonta la taza del retrete en donde quieres instalarla. Pon el washlet encima, y comprueba que lo pones lo más cerca que puedas de la cisterna, pero dejando que el mástil robotizado que te va a echar los chorros de agua en tus partes íntimas, quede dentro de la taza. Hay un tope de plástico que te queda justo al borde, y te indica dónde va a ir colocado el washlet. Coge un rotulador fino y largo, y túmbate debajo del retrete. Mételo por uno de los agujeros por donde van los tornillos que sujetan la taza y pinta por debajo del washlet, haciendo círculos por el diametro de ese agujero. Dejarás una marca en esa pieza de plástico… es la marca que te indica dónde debería ir el agujero.
Antes de mover el washlet, haz lo mismo con el otro agujero. Asegúrate de que el washlet no se mueve, y de que la tapa encaja con los bordes del retrete, porque según el modelo que tengas es posible que no lo haga perfectamente, pero tampoco tiene por qué hacerlo. Basta con que las toque un poco, cada taco del borde, debe quedar por encima de algún lugar del borde del retrete. Afortunadamente, estas medidas si son iguales que las que hay en Japón.
Cuando tengas las dos marcas, ahora sí, levanta el washlet de nuevo y saca esa pieza de plástico con los raíles pulsando el botón de seguridad que la bloquea. Ahora vamos a hacer esos agujeros
El método que yo he elegido para modificar este plástico, es utilizar un soldador para derretir, poco a poco, el plástico. Asegúrate de utilizar un lugar en donde puedas quemar algo con él. Caliéntalo bien.
Empieza a quemar desde el centro del diámetro de ese círculo que has dibujado, hacia el interior, haciendo la circunferencia cada vez más amplia, y ves probando poco a poco si el tornillo que te viene en la caja, encaja bien. Debe encajar sin quedar suelto, un poco apretado, como ves en esta foto.
Ten paciencia y hazlo poco a poco. Ésta parte es la más crítica de todo el proceso. Si te cargas el plástico, adiós, tendrás un washlet japonés fantástico que no puedes montar y obviamente, sin garantía de ningún tipo, aunque probablemente esto ya te lo habías imaginado antes. Ves poco a poco, y derrite el plástico por esas marcas. En mi caso, con los Panasonic (he hecho varios), sólo tengo que hacer medio agujero. Asegúrate de que no respiras el humo que sale del plástico quemado. Ten un paño húmedo a mano para ir limpiando con cuidado la punta del soldador de plástico quemado. Cuando acabes, lima un poco las babillas de plástico derretido que quedan en los bordes, limpia el soldador por última vez y desenchúfalo para que se enfríe. Ya no lo necesitarás más.
Ahora, ponemos la pieza de plástico sobre el retrete. Los agujeros que has hecho deben encajar con los del retrete. Mete los dos tornillos, con sus arandelas de goma (que también vienen en la caja) y con la tuerca que se puede apretar a mano, por debajo de la taza del retrete.
No te preocupes si al poner los tornillos quedan un poco en diagonal, es normal. Según los vayas apretando, quedarán perfectamente rectos, y con la parte más ancha de arriba agarrando la pieza de plástico al retrete. Debería quedarte así.
Asegúrate de apretar bien esas tuercas, y que la pieza de plástico no se mueve nada. Enhorabuena, la parte más difícil ya está hecha – ahora, vete a por el washlet, y ponlo en el retrete, en diagonal, de delante hacia atrás, hacia la cisterna. Entrará por los railes, hasta el final, y una vez encajado totalmente, no se moverá. Como está todo hecho de plástico, tiene cierta holgura, y movimiento. Es normal, no te preocupes. A pesar de eso, debería parecerte muy firme. Lo importante es que no rote, que notes que cuando te sientas encima está perfectamente fijo.
Ahora queda la parte de ajustar las tuberías. En la caja te viene una tubería flexible, metálica, que no vamos a utilizar. Viene otra de goma, que es la que lleva el agua al washlet. Debes conectarla a la salida de agua que ahora mismo lleva agua a la cisterna. Como ahora necesitas que el agua vaya tanto al washlet como a la cisterna del retrete, tienes que comprar en tu fontanero más cercano un adaptador de diámetros. Pero cuidado – no vale cualquiera. En mi caso, la tubería que sale de la pared, con su llave, es de 1/2 pulgadas, mientras que la de la tubería de goma que va al washlet es de 3/8 pulgadas. No encontré un adaptador que tuviera un tamaño diferente en bastantes tiendas, pero curiosamente en el chino del barrio había una, y con una llave por si quiero cortar el agua a esa salida. Mucho respeto para las tiendas de chinos – además, por menos de 2€. Luego, la goma del washlet tiene uno de los extremos con una salida en T, para poder poner a medio camino del recorrido y dejar así que el agua vaya a la cisterna. Pero claro, esa toma de la cisterna que ahora va a la pared, es de 1/2 pulgadas también, y la T de la goma de 3/8. Te hará falta un adaptador, también disponible en cualquier fontanería.
En mi caso, compré una tubería flexible, metálica, con un extremo de 1/2 y otro de 3/8, encontrada también en el chino del barrio.
Así, como ves en la foto, queda todo. Es un poco aparatoso, pero básicamente, la idea con la que te tienes que quedar es que hay que hacer dos cambios de 1/2 a 3/8 pulgadas – si vas con la goma a la tienda, podrás encontrar estos adaptadores fácilmente.
Cierra el agua de la pared antes de ponerlos, y pon un balde debajo porque saldrá agua que queda en la tubería al desconectarlo. Conecta todo cuando se vacíe, y muy importante, asegúrate de poner las arandelas de goma que vienen con el washlet a la hora de apretar las tuercas de cada toma, eso es lo que evitará que haya fugas de agua. Aprieta esas tuercas con toda tu alma. Conecta el otro extremo de la goma al washlet y utiliza el sistema de arandelas de seguridad que viene en la caja para fijarlo y que no se pueda extraer fácilmente. Así es como luce antes de ponerle ese cierre de seguridad.
Cuando esté todo, deja el balde de agua y abre el grifo. Oirás los ruidos típicos de llenado del circuito y si todo va bien, en unos segundos no hará ruido ninguno. Asegúrate de que no hay fugas de agua. Si es así, ya puedes quitar el balde.
Ahora, falta la parte de la electricidad. Como ya hemos visto, el washlet lleva un transformador en su interior que sólo funciona a 100 voltios. No lo conectes directamente, porque lo quemarías. Hace falta un adaptador de 220 a 100 v, que venden en Amazon o en cualquier tienda de electrónica. Yo encontré uno pequeño en Amazon por unos 19€, concretamente éste. Es pequeño, y soporta hasta 100 W de potencia. Aquí es donde tenemos que tener cuidado con lo que consume el washlet que hemos comprado; Si pasa de 100 W te hará falta un transformador más potente. Antes de comprarlo, asegúrate de comprobar los watios que requiere, en la etiqueta del precio te lo pone todo, y aunque esté en japonés, podrás entenderlo porque se escribe con un número y la W en mayúsculas detrás. Hay washlets que consumen 60 W cuando están en funcionamiento, pero que pasan de 1000 W si tienen función de calentar el agua. Aunque parezca mentira, calentar la taza no pasa de 100 W, probablemente esa sea una resistencia pequeña pensada para funcionar en un largo período de tiempo pero calentar el agua rápidamente parece ser que sí que requiere de algo potente. Por eso, si compras un washlet barato sin esa función, mejor. Y si tienes uno que consume mucho, asegúrate de que el consumo en reposo o al usarlo sin esa función no pasa de 100 W.
En mi caso, tuve que meter unos pequeños pedazos de cartón en los bordes del transformador para que, con la vibración que hacen al estar conectados, no hiciera ruido. Antes tuve otros que tuve que devolver porque parecían abejas volando dentro del baño. Los que compré finalmente, con esos pequeños pedazos de cartón a los lados, no hacen nada de ruido.
… y esto es todo – cuando lo conectes al enchufe por primera vez hará una serie de ruidos que son parte de sus procesos de limpieza, y cuando te sientes, también. La primera vez que lo uses, no saldrá apenas agua porque hay que sacar el aire del circuito, pero en unos segundos podrás utilizarlo normalmente. Ya tienes un WC japonés adaptado y funcionando en otro país.
Esta manera, es la que me ha funcionado a mi. No tiene por qué ser la mejora manera. Yo no soy ni fontanero ni instalador de este tipo de cosas así que probablemente haya algunos consejos en este artículo que podrían no ser los mejores. Como dije al principio, haz todo esto sólo bajo tu propia responsabilidad.